Siempre se ha recomendado hacer ejercicio durante el embarazo basado, eso sí, en el sentido común. Pero todavía no se ha encontrado un patrón de ejercicios específico para gestantes.

El agua es uno de los elementos naturales por excelencia y no sólo eso además limpia el cuerpo, hidrata la piel y relaja los músculos. Hay varios tratamientos de hidroterapia dirigidos a la mujer embarazada ya que el medio acuático ofrece unas características particularmente adecuadas para la actividad física de la gestante y permite diferentes niveles de exigencia, tanto física como técnica, con lo que todas las mujeres pueden beneficiarse de sus efectos: Baños, duchas, compresas, envolturas. Baños especiales: de burbujas, con ozono, el jacuzzi. Aditivos para el baño, masajes, lodos, etc.

Hasta una zambullida en la piscina vigoriza y estimula. Los vapores, tinas calientes y saunas no son recomendables en el embarazo, pues hacen que el cuerpo se sobrecaliente y envíe más sangre y oxígeno a la superficie de la piel para refrescarla, lo que temporalmente le quita suministro al bebé.

Estas son algunas de las recomendaciones del American College of Obstetrician and Gynaecologist:

  • Prescripción médica
  • No objetivar el condicionamiento físico, no aumentar la actividad física de antes del embarazo
  • Realizar ejercicios que no fatiguen
  • Mantener la frecuencia cardiaca
  • Evitar el aumento de la temperatura corporal
  • Evitar la deshidratación
  • Realizar las actividades 2 o 3 veces por semana
  • Parar los ejercicios así como se presente algún síntoma fuera de lo común

Durante el embarazo, la queja más común es la del "cuerpo pesado", que se reduce en el agua, haciendo que las mujeres se sientan más cómodas y mejor.

La flotación les da libertad, amplitud de movimientos y relaja considerablemente. Las articulaciones se vuelven más flexibles, se reducen las varices y se tiene un mayor control sobre la frecuencia cardiaca de madre e hijo, se fortalecen los músculos y se acaba con los molestos dolores de cuello y espalda.

La natación y la hidroterapia son las actividades más adecuadas para las embarazadas y sus hijos. Son el ejercicio más suave y la relajación más profunda, elementos básicos durante el embarazo.

Se trabaja el cuerpo por entero con una enorme variedad de ejercicios y sin riesgo de lesiones.

La natación y la hidroterapia son las actividades más adecuadas para las embarazadas y sus hijos. Son el ejercicio más suave y la relajación más profunda, elementos básicos durante el embarazo.

En el agua la futura mamá se desplaza con mayor facilidad y puede moverse sin riesgo de choques y caídas. Estos ejercicios, pueden ser practicados desde el 3er mes de embarazo hasta el final del mismo, con autorización médica.
En un ambiente tranquilo y con música, un pequeño grupo de mamás, ojalá con sus parejas, y dirigidas por un profesional, van experimentando y vivenciando los muchísimos beneficios que otorga el trabajar en este maravillosos elemento que es el agua.

La preparación acuática desarrolla armoniosamente todo el cuerpo, relaja los músculos y los mantiene en forma, mejora la capacidad respiratoria y provoca una increíble sensación de tranquilidad, además:

· Previene dolores por contracturas musculares, especialmente a nivel de la columna, ocasionados por los constantes cambios que se producen a los largo de los nueve meses.
· Previene dolores a nivel de las articulaciones sacroilíacas por el aumento de los diámetros en la pelvis.
· Mantiene y mejora la movilidad articular.
· Refuerza el tono muscular, mejorando la resistencia y coordinación.
· Refuerza la musculatura pélvica cuya función es el sostén de los órganos y de la presión abdominal que van en aumento a lo largo del embarazo.
· Contribuye al mantenimiento de la continencia, mejorando la función esfintérica del piso pelviano, y al control de las aberturas perineales.
· Estimula la producción de endorfinas lo que produce una sensación de bienestar corporal general.
· Alivia la fatiga y edemas que se producen en los miembros inferiores, estimulando el retorno venoso
· Por el efecto de ingravidez ("dentro del agua, se pesa menos") la futura madre se desplaza con mayor facilidad y puede moverse sin riesgo de choques y caídas. · En el agua se trabaja permanentemente la respiración de una manera natural.
· Mejora la mecánica respiratoria y refuerza la actividad diafragmática, alterada por el aumento del volumen y presión abdominal.
· Aumenta la capacidad respiratoria, lo que permite oxigenar mejor al bebé y a la madre.
· Al tomar conciencia de la respiración y controlar apneas, se favorece el auto-control necesario en el momento del parto.

El masaje es una de las formas más relajantes contra los "esos achaques" del embarazo, como el dolor de espalda, los pies hinchados y la fatiga. Al principio son posibles los masajes por todo el cuerpo. Pero se recomienda que la mayoría de los masajes prenatales se hagan con la mujer sentada o recostada de lado apoyada en cojines. El masajista debe saber que algunos aceites para aromaterapia están prohibidos. Algunas investigaciones han demostrado que productos de este tipo, como el de albahaca, poleo e hinojo pueden causar un aborto o adelantar la labor de parto (provocando contracciones en el útero).

Los aceites seguros contienen sándalo, ylang-ylang, geranio y mandarina. Asimismo, hay una novedosa técnica que se llama hydroderm, y se dice que es ideal para las embarazadas. En ésta técnica la embarazada se tiende en una cama de agua caliente, para que sienta menos peso, mientras el masajista desliza sus manos por la espalda, cuello y hombros.

La retención de líquidos también es muy común durante el embarazo especialmente después de los seis meses. No es que el cuerpo de una embarazada contenga ocho litros de agua extra, sino que la circulación tiende a disminuir, haciendo que ese líquido de más se acumule en la parte baja de las piernas. Para mejorar la circulación se dará un tratamiento de cepillado en seco, seguido de un suave masaje en los pies, los aceites esenciales de pachulí y abedul son muy efectivos para reducir la retención de agua. Los masajes frecuentes mejoran la elasticidad de la piel, ayudando a prevenir las estrías.









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