La fangoterapia consiste en aplicar cierta cantidad de barro sobre la piel y dejarlo reposar durante un tiempo hasta que quede totalmente seco.

Los primeros en descubrir los beneficios del fango fueron los egipcios. Ellos lo utilizaban muy a menudo para tratar inflamaciones, heridas cutáneas, el reuma e, incluso, para embalsamar.

En países como Alemania, EE. UU., Suiza, Escandinavia o Australia, hoy en día existen centros de salud en los que se aplican los tratamientos con barro a nivel curativo.

Los efectos embellecedores y curativos tan excepcionales del barro los proporcionan los minerales que contiene y que también nos aporta el agua, unos elementos esenciales para el cuidado de nuestra piel, y más en verano, cuando se nos reseca tanto.

Los tratamientos con fango o arcilla se pueden realizar en la cara o en el cuerpo. Poniéndonos en manos de un profesional, lo normal es que el fango venga acompañado de masajes faciales o corporales. De este modo, se mejorará la circulación de la sangre y conseguiremos una mayor relajación.

Si consideramos que nuestra piel es el órgano más extenso de nuestro organismo, podemos concluir de ella que también es la parte más expuesta del cuerpo a sufrir agresiones como:

  • Radiación ultravioleta
  • Contaminación ambiental
  • Clima
  • Estrés
  • Problemas hormonales
  • Enfermedades
  • Mal uso de productos cosméticos.
  • Desgaste del pH

Por ello desde hace siglos, se recurre a la fangoterapia por su diversidad de propiedades terapéuticas y cosméticas, que hacen que la piel recobre su salud y esplendor naturales.

Se le llama barro, arcilla o fango, y nos estamos refiriendo a un material natural, sano y terapéutico. Sin efectos secundarios ni problemas de alergias.

La arcilla posee propiedades curativas capaces de extraer del interior y exterior de nuestro organismo las impurezas que lo perjudican. Al aplicar el barro sobre nuestra piel, penetran en el cuerpo sustancias útiles y se eliminan toxinas, que pasan al barro y se eliminan con él cuando nos aclaramos.

Los minerales aseguran el buen funcionamiento de la piel cumpliendo cada uno de ellos un rol específico en el metabolismo celular, los cuales los obtienen partiendo de nuestra alimentación.

En el campo de la estética la arcilla o el fango se suele utilizar para tratamientos contra el acné, celulitis y flacidez. En especial para pieles con acné, la arcilla puede disimular las marcas de los granitos y aclara las manchas oscuras que puedan aparecer en el rostro.

Se llama fango termal porque cuando se coloca en el cuerpo produce una sensación de calor y se absorbe con rapidez. Al aumentar la temperatura lo que se produce es una vasodilatación, de este modo, los poros se abren y el fango penetra mejor para limpiarlos.

  1. Elimina el exceso de grasa en la piel
  2. Suaviza
  3. Estimula la circulación
  4. Evita las pequeñas inflamaciones de la piel
  5. Tonifica e hidrata

Déjate envolver por lo más natural y primario: el barro, barro que embellece, cura y purifica suavemente.









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