Brasil acaba de inaugurar su primer laboratorio de bioingeniería de tejidos. En concreto, es toda una novedad porque tendrá piel humana reconstruida para pruebas en productos y, de esta manera, se evitará el uso de animales para tal fin.

La importancia de este laboratorio es tal porque es el terecero que hay en el mundo para usar piel reconstruida en productos. Además del recién inaugurado en Río de Janeiro, existen en Lyon (Francia) y Shanghai (China).

Este laboratorio, que está ubicado en el campus de la Universidad Federal de Río de Janeiro, es propiedad de Episkin, filial de la multinacional de cosméticos L'Oréal.

Si bien parece una novedad, Brasil usa piel reconstruida para pruebas desde 2016. La piel que se usa para las pruebas proviene de cirugías plásticas. Con autorización del paciente, los descartes van al laboratorio, donde se extraen los queratinocitos.

Se usan para diversidad de pruebas, como en cosméticos, donde la parte que interesa es la epidermis, la más externa, y la que, precisamente, se producirá en este edificio de Río de Janeiro. Entonces puede ser usada en pruebas de seguridad para productos químicos cosméticos, así como con cualquier tipo de producto que entre en contacto con la piel humana.

El objetivo que se fijan los investigadores tras la apertura de este edificio es la inervación de la piel humana, lo que puede servir para pruebas de picor procedentes de alergias de la piel. Mientras que apuntan a que también será importante respecto al desarrollo de productos más eficaces contra el neuroenvejecimiento de la piel.









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