La Human Society International, a través de la campaña #BeCrueltyFree, colaboró con Green MP Mojo Mathers, partido ecologista neozelandés, para que se decrete una enmienda a la Ley de Bienestar Animal que impida los ensayos en la industria cosmética. Así pues, desde el pasado 4 de abril, y una vez revisada y corregida dicha Ley, los ensayos en animales para productos cosméticos e ingredientes terminados, destinados exclusivamente a uso cosmético, serán ilegales en Nueva Zelanda.

La prohibición no incluye ingredientes y sustancias de doble uso, que pueden ser reguladas también por la legislación de productos químicos u otros regímenes regulatorios. Tampoco se restringe la importación y venta de cosméticos probados en animales de otros países, donde sí se aprueben este tipo de ensayos. Se da la circunstancia que el 90% de los cosméticos comprados en Nueva Zelanda son de importación. Por lo tanto, el siguiente paso es prohibir la entrada de cosméticos probados en animales, provenientes del extranjero.

Tras la prohibición, Nueva Zelanda sigue el ejemplo de Noruega, India y el continente europeo, este último a partir del 11 de marzo del año 2013. Claire Mansfield, directora de la campaña #BeCrueltyFree, se mostró encantada con la decisión del Gobierno neozelandés. En su opinión, la prohibición supone un paso adelante contra la crueldad en la industria cosmética, y en favor del bienestar animal y la compasión de los consumidores. En diversas encuestas de opinión, más del 89% de los consumidores apoyaron la prohibición. Asimismo, más de 100.000 personas firmaron peticiones para la campaña.

La campaña #BeCrueltyFree ha contado con el apoyo de varias firmas cosméticas como Lush, Antípodes, Wendyl’s y Kester Black, junto con algunos famosos como el guitarrista de Queen, Brian May.

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