Y es que se ha demostrado que, al igual que el vino, la sidra tiene propiedades relajantes, antioxidantes, rejuvenecedoras, reductoras, reafirmantes y tonificantes... ¡Ahí es nada!

Entre sus beneficiosos efectos, de los que ya en su día te hablamos en esta revista, la ‘sidroterapia’ ayuda a prevenir el envejecimiento cutáneo frenando la aparición de las arrugas, mantiene la elasticidad de la piel y combate la flacidez.

La manzana ya fue considerada por algunas civilizaciones un símbolo de vida e inmortalidad y es en algunas culturas, que creen en la reencarnación, las manzanas se entierran como alimento para los muertos.

La sidroterapia nace al aunar la manzana y la sidra a los ya tradicionales tratamientos de relajación, masajes y spa.

Entre sus numerosas propiedades destaca su poder depurativo de la piel, es una técnica desintoxicante, ya que elimina todo tipo de toxinas que se acumulan en nuestra piel. Además es un potente regenerador celular, que mantiene nuestra piel más joven e hidratada, pues entre sus cualidades está la de dotar a la piel de parte del agua que necesita. El uso de la sidra y la manzana ayuda a que la piel esté más brillante y en mejores condiciones ya que es un buen relajante dérmico.

Y todo esto es debido a una sustancia, los polifenoles, que contiene la manzana y la sidra en altas dosis, y que dotan a nuestra piel de elasticidad e hidratación. Los polifenoles se encargan, además, de regenerar la piel y evitar la flacidez. También hay que destacar su contenido en ácido elágico, que es un potente inhibidor de las células cancerígenas.

En muchos establecimientos, sobre todo de Asturias (España), ya están ofreciendo a sus clientes esta nueva terapia. Los tratamientos, que duran entre media hora y una hora, se realizan en un entorno ambientado con olor a manzana, que tiene un gran poder relajante y ayuda a bajar la tensión, música celta de fondo y, cómo no, acaban siempre con un culín de sidra.









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