Salones de belleza, peluquerías y barberías en todo el sur de California, incluidos Gardena, Claremont y el sur del condado de Orange, se unieron a otros salones en todo el estado para desafiar las órdenes gubernamentales en torno a la bienvenida y atención de clientes motivada por la crisis del Covid-19.

Los propietarios de estos negocios se enfrentaron así a posibles multas u otras consecuencias desde el lunes 17 de agosto, cuando decidieron abrir sus puertas a los clientes, a pesar de las prohibiciones en los condados que los incluyeron en la lista de vigilancia de Covid-19 del estado. Una lista, que según los funcionarios de salud, está destinada a ayudar a prevenir la propagación del coronavirus.

Lista de vigilancia, prohibido abrir las peluquerías

Los condados de Los Ángeles, Orange, Riverside y San Bernardino permanecen en la lista de vigilancia. No hay cifra oficial de cuántos negocios del sur de California reabrieron, aunque alrededor de 300 propietarios de salones de belleza en todo el estado se habían registrado en la iniciativa Open Safe California, una organización con sede en el Área de la Bahía que fue la fuerza impulsora de esta reapertura.

Si bien las empresas de cuidado personal no pueden dar la bienvenida a los clientes dentro del establecimiento, pueden operar afuera, pero muchos propietarios de negocios han calificado esta opción de costosa, poco práctica y carente de la seguridad y privacidad que esperan sus clientes. Las empresas que abrieron el lunes 17 de agosto, pretenden mantener abierta su actividad hasta que se vean obligadas a cerrar, según varios propietarios. Es el caso de Shayana Flick, dueña de de una peluquería en San Francisco y una de las organizadoras del impulso para reabrir.

No hay cifra oficial de cuántos negocios del sur de California reabrieron, aunque alrededor de 300 propietarios de salones de belleza en todo el Estado se habían registrado en la iniciativa 'Open Safe California'.

Sin embargo, los funcionarios estatales y locales advirtieron a los salones de belleza que no desafiasen las órdenes, y la junta estatal de cosmetología y los funcionarios de salud avisaron que podrían ser castigados con fuertes multas o perder sus licencias.

Sin embargo, varios grupos han presionado al estado para permitir que los salones reanuden sus operaciones en interiores. Así que la protesta del lunes, según varios propietarios de salones locales que participaron, en declaraciones al diario 'Excelsior', fue un último recurso y, aunque estaban nerviosos, "nos sentó bien estar de vuelta en el trabajo".

"Al llegar hoy estaba nervioso", dijo Lu García Reynoso, propietario de Barber Society en Gardena. "Eso no es algo a lo que esté acostumbrado, estar nervioso por venir a trabajar".
Reynoso abrió su negocio al mediodía del lunes, por primera vez desde que la pandemia le obligó a cerrar en marzo. "Desafiar las órdenes de salud era un riesgo que estoy dispuesta a correr", ha declarado.
"Por un lado, puedo perderlo todo", comentó. "Pero, si espero otros cinco meses, lo perderé de todos modos".









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