Los Kahunas, antiguos curanderos de Hawai basaban sus métodos terapéuticos en la filosofía Huna, a través de la cual se trata conjuntamente cuerpo y mente.

Una de sus prácticas más conocidas era curar mediante el masaje Lomi-Lomi, un tratamiento armónico que aunaba masaje, gemoterapia y aromaterapia.

El masaje se realiza con aceite, casi en exclusiva con los antebrazos, trabajando todo el cuerpo del paciente. El objetivo es lograr la armonía cuerpo-mente facilitando el paso de los fluidos energéticos.

Su secreto era, y es, actuar al mismo tiempo en zonas distantes del cuerpo, debido a que a nuestro cerebro le cuesta concentrarse en dos áreas tan diferentes, y finalmente se deja llevar por el balanceo rítmico del terapeuta, que logra así que sintamos la relajación más profunda.

Los Kahunas imitaban para este masaje las olas del mar, con su ritmo preciso y su balanceo, alternando la fuerza de las olas con la suavidad del agua que está en calma.

Lomi-Lomi significa masaje desde el centro del ser, trabaja directamente sobre las tensiones musculares y articulares. Mejora el drenaje de los fluidos a la vez que desbloquea lo que ellos consideran líneas energéticas.

A la vez se convierte en uno de los masajes más tonificantes y relajantes, debido al efecto de los aceites naturales que se usan y el sabio efecto antiestrés de la aromaterapia. Toda una explosión sensorial.

El masaje puede realizarse también, dependiendo de las necesidades concretas del paciente, con piedras calientes, llamadas Pohaku.

Estas piedras, lisas y suaves, se calientan con vapor, y el masajista las desliza con suaves movimientos por todo el cuerpo. Gracias a su temperatura, la relajación muscular es más rápida y profunda. El calor atraviesa mejor los tejidos y los afloja, y es más fácil llegar a los músculos más profundos.

Siguiendo la filosofía Huna, los masajistas mantienen las piedras un tiempo en los puntos energéticos del cuerpo (también llamados chakras o puntos de acupresión en otras culturas). El cuerpo absorbe su calor y su energía tal y como recibe los rayos del sol.

El calor del sol, el ritmo de las olas, el aroma a coco y a hibiscus... El masaje Lomi-Lomi se convierte así en un viaje sensorial a un paraíso tropical. ¿No dan ganas de tomarse unas vacaciones?

¡Vámonos a Hawai!









Recomendamos