Se les conoce con el nombre de ‘pirañas’, ladrones que actúan en la zona centro y en los grandes almacenes de Maracaibo, la capital del estado de Zulia. Sin embargo, ahora están sembrando el pánico entre las mujeres que transitan por las calles de la segunda ciudad más grande de Venezuela ya que han hecho del cabello ajeno su nueva fuente de ingresos.

Un mechón de pelo largo y bien cuidado puede llegar a venderse por 3.000 bolívares, casi 360 euros, a las peluquerías y salones de belleza que los utilizan para hacer pelucas y extensiones, por eso las ‘pirañas’ eligen a sus víctimas de manera minuciosa, según el estado de su cabello, las siguen, las asaltan, sacan las tijeras, se hacen con su botín y desaparecen.

Las autoridades policiales señalan, no obstante, que apenas se han registrado denuncias por parte de las víctimas, a su parecer por temor a represalias, miedo a someterse al escarnio público, o por sentimientos de frustración y rabia, según recoge el diario venezolano Panorama. La presidenta de la Comunidad Organizada en Defensa de las Mujeres del Mundo (Cordemun), Gabriela Pirela, añade también que muchas no hablan porque han sido amenazadas por los agresores.

Una representante del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CIPC) de Maracaibo ha confirmado que se ha iniciado una investigación pero que la falta de denuncias sobre este tipo de robos es uno de los grandes problemas con los que se están encontrando.

La afluencia de mujeres a la zona centro de Maracaibo ha disminuido y las que transitan por sus calles se recogen el pelo en moños para evitar ser asaltadas. No obstante se ha incrementado la presencia policial tanto en el núcleo urbano como en los grandes almacenes para tratar de acabar con una nueva modalidad de robo que está provocando el pánico entre la población femenina de la ciudad.

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