El argentino Roque Sarvelio Corbalán ha fallecido a los 79 años de edad, tras una década luchando contra una enfermedad que no le impidió dedicarse a lo que más le gustaba: la peluquería. Nacido en Luján (Buenos Aires), Corbalán quiso ser peluquero desde muy joven, prácticamente un adolescente.

Con 16 años, Corbalán llegó a San Miguel de Tucumán, donde empezó a observar y estudiar cómo cortaban el cabello los peluqueros más conocidos de la zona. Años después comenzó a trabajar en dos salones de la calle San Martín de Tucumán, aunque su gran oportunidad no le llegó hasta el año 1967, cuando conoció a un peluquero francés. Sus consejos, de gran ayuda, le animaron a inaugurar Adán, nueva visión en peluquería masculina, junto a dos compañeros de profesión. El salón, inspirado en los de gran tamaño de Buenos Aires, se especializaba en el corte a navaja y la atención personalizada a los clientes. El negocio fue un éxito, convirtiéndole n uno de los estilistas más populares de esta provincia argentina. Con los años, y por razones comerciales, se denominó Salón Apolo.

En Tucumán también abriría su propio negocio al que llamó Salón Roke, en la calle Chacabuco. Se trata de una peluquería de estilo clásico que ha logrado hacerse un hueco entre vecinos de la zona durante años, y todavía sube la persiana a día de hoy.

Revalorizando la profesión

Tras conseguir varias menciones y premios en diferentes campeonatos, Corbalán se propuso alcanzar la excelencia y revalorizar la profesión. De ahí, que se decidiera a incorporarse a la Sociedad de Peluqueros de Tucumán, entidad que dirigió durante el periodo 1976-1981. El hecho de participar en campeonatos provinciales debía ser un trampolín para llegar a las competiciones nacionales, o así lo veía Corbalán. Fundó la Federación del Noroeste, con el propósito de impulsar la peluquería de Tucumán y el noroeste del país. Años después, y tras mucho esfuerzo e insistencia, consiguió que la Unión de Peinadores Argentinos pusiera en marcha un centro formativo dirigido a los profesionales de Tucumán. Tras cinco años de carrera, los estudiantes salían reconocidos como maestros peluqueros, siendo el propio Corbalán el primero en obtener esta graduación. Sin duda, un ejemplo de cómo el esfuerzo, la constancia y el creer en uno mismo deja huella entre familiares, amigos, colegas y discípulos.









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