Esta semana reabre el salón de Julien Farel en el número 540 de Park Avenue, sito en el hotel Loews Regency New York del Upper East Side de Manhattan, tras semanas de confinamiento. Estilistas famoso y único cuyos clientes pagan 1.000 dólares por un corte de pelo. Farel tienen ya una lista de espera de más de 1.000 personas, según informa Bloomberg. Julien es conocido como el creador del Power Hair, un corte de pelo que cuesta, sí, nada más y nada menos que 1.000 dólares.

Power Hair, el corte de pelo de Julien Farel que cuesta 1.000 dólares, su secreto

El ya famoso Power Hair es un servicio de una hora de duración, hecho por el propio Farel, utilizando un método de corte que repasa cada mechón de cabello repetidas veces, hasta que consigue alcanzar la máxima salud del pelo sin comprometer la longitud de la melena. En palabras del propio Farel, “me esfuerzo por resaltar las sutiles complejidades y dar un corte audaz que se basa en la arquitectura de la cara y su forma, que además revele su personalidad”. Entre sus clientes hay personalidades como Kate Moss, Inès de La Fressange, Salma Hayek, Richard Gere, Barbra Streisand u Olivia Palermo. También los españoles Eugenia Silva o Rafa Nadal, cliente habitual desde que en 2007 Farel abrió la primera ‘Style Suite’ en exclusiva para el US Open y sus tenistas. Por este templo de la peluquería también pasan muchos anónimos ricos del selecto barrio.

Pero este corte, además de una milimétrica técnica, tiene también mucho de psicología. "Tu pelo es lo primero en lo que la gente se fija cuando entras en una sala y puede decir mucho de quién eres y de tu personalidad", contaba Farel a Harper's Bazaar, edición americana. "Un power hair (o cabello poderoso, en español) te da la ventaja competitiva para rendir al más alto nivel para conquistar la exigente ciudad de Nueva York. Trabajo con algunas de las personas más poderosas, desde importantes brokers a celebridades, o los pesos pesados de Nueva York. Y para todos ellos la confianza es clave cuando están haciendo negocios", añadía.

A la espera de la famosa reapertura en uno de los salones de peluquería más demandados del mundo, en Nueva York, éstas, no obstante, las peluquerías en Norteamérica, también reabren con las exigencias de la nueva normalidad.

Acudir al saló de Julien Fare será, como ocurre en el resto del mundo, una nueva experiencia. Empleados y clientes deberán llevar mascarillas de protección, se les hará un control de temperatura y deberán lavarse las manos y usar gel higienizante. También se limpiarán teléfonos y gafas, y solo se permitirá a las clientas quedarse con su bolso durante el servicio si lo depositan dentro de una bolsa de plástico. Los estilistas llevarán, además, pantallas protectoras, y los coloristas y el personal de apoyo utilizarán guantes. Las sillas de la sala de espera estarán reorganizadas asegurando la distancia de seguridad. Según Bloomberg, 50 de los 150 empleados regresarán a sus puestos en dos turnos más amplios, tras semanas de baja no remunerada.

A pesar de todo lo cual, sus clientes ricos y famosos no dudarán en acudir y pagar los 1.000 dólares (882,50 euros) de su corte de pelo, cantidad que Farel, de origen francés, nacido en 1968 en Montfaucon-en-Velay, Auvergne, Francia, incluso dobló durante la cuarentena. Julien Fare ha estado en los Hamptons desde finales de mayo, haciendo cortes a domicilio en el confinamiento neoyorquino, doblando su tarifa, eso sí.









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